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A 55 años de su primer partido en Primera, Miguel Ángel Santoro, recordado arquero de Independiente, dialogó con el Sitio Oficial de AFA rememorando aquel momento.



Es el arquero más ganador de la historia de Independiente. Es Miguel Ángel Santoro, 'Pepé', quien a 55 años de disputar su primer encuentro en Primera División, en un empate 0-0 ante Argentinos Juniors en 1962, recuerda aquel día como si hubiera sido ayer. "Yo no debuté como titular, sino que entré cuando se lastimó Osvaldo Toriani. En ese partido me tocó estar en el banco de suplentes, ya que el club estaba viviendo una época de recambio. Nos habían subido a cinco muchachos de la tercera al plantel profesional, y entre esos jugadores estaba yo. Me tocó entrar faltando 25 minutos, con el encuentro igualado 0-0, ante un Argentinos Juniors muy complicado, porque tenía un gran equipo. Ante la lesión de Toriani, me dieron la oportunidad de mostrarme y terminé el campeonato de ese año jugando".

Arquero sobrio y seguro debajo de los tres palos, es recordado con mucho cariño por los hinchas de Independiente por su amor hacia el club y todos los títulos que obtuvo allí. Entre 1962 y 1974, lo que duró su estadía en el conjunto de Avellaneda, disputó 343 encuentros y ganó diez títulos en total. En su palmarés cuenta con cuatro campeonatos locales (el torneo de Primera División de 1963, el Nacional de 1967 y los Metropolitanos de 1970 y 1971) y seis internacionales (las Copa Libertadores de 1964, 1965, 1972 y 1973; la Copa Intercontinental de 1973 y la Copa Interamericana de 1973).

"Yo de chico era muy 'atorrante', pero en el sentido que iba a jugar a los potreros contra gente más grande, crecí con mucho roce futbolístico en los campeonatos que se hacían en Avellaneda. Por ese motivo, es que cuando debuté estuve muy tranquilo. Esa experiencia me sirvió para forjar un muy buen temple que hizo posible la carrera que tuve", explica 'Pepé', mientras rememora aquel día en Avellaneda.


- ¿Quiénes eran sus referentes en el arco cuando usted era chico?

- Siempre tenía por costumbre ponerme en las tribunas detrás de los arcos. En Independiente tenía dos referentes muy grandes en mi puesto: Julio Cozzi y el 'Turco' Abraham. Y cuando iba a la cancha de racing, tenía la posibilidad de ver al 'Flaco' Domínguez y a Osvaldo Negri. Y, lógicamente, también observaba otros importantes arqueros argentinos de la época, como Amadeo Carrizo o el 'Tano' Roma. Me gustaba mucho mirarlos, lo hacía con mucha admiración, y siempre sacaba algo positivo de ellos.

Una vez asentado en Primera División como el arquero titular de Independiente, sus destacadas actuaciones le dieron la oportunidad de participar por diez años, desde 1964 hasta 1974, en la Selección Nacional. Durante este periodo fue convocado sucesivamente por ocho entrenadores, evidenciando el gran nivel que mostraba todos los fines de semana. Además, integró el plantel argentino que disputó el Mundial de 1974 en Alemania. "Vestir la camiseta nacional es un orgullo para cualquier jugador. Representar a tu país y escuchar tu himno es muy emotivo, yo lo siento así", explica Santoro.

Después del Mundial de 1974, a los 32 años, fue vendido al Hércules de España en 25.000.000 de pesos, donde estuvo por tres años hasta retirarse del fútbol. "Decidí irme de Independiente tras una larga carrera en el club, donde había tenido la suerte de ganar títulos. Antes no había un gran cantidad de jugadores argentinos que emigraban al extranjero, por lo que para mí fue una distinción. Fue una oportunidad que se me presentó en un lugar donde yo tenía familia, ya que tengo descendida española. Me sedujo la idea, y luego de conversarlo con mi familia, tomé la decisión. Pensamos que irme de Independiente por la puerta grande, con el recuerdo de toda la gente y todas las cosas lindas que vivimos, era un muy bien cierre", analiza con el paso del tiempo 'Pepé'.

Una vez retirado, realizó el curso de director técnico en Murcia, España. En 1979 comenzó a trabajar en las Divisiones Inferiores de Independiente, club que dirigió en 1980 y, más tarde, en varias oportunidades de manera interina, pero siempre retomó su trabajo con los juveniles. Actualmente se desempeña como entrenador de arqueros de las categorías menores, función donde le transmite toda su sabiduría a los más chicos que sueñan con ser como él en un futuro. "Si la tarea que hago no me gustara, y no sintiera una pasión tan grande, no me levantaría todos los días a las seis de la mañana, para comenzar a trabajar a las ocho en el predio. Será la pasión que uno siente por la camiseta, el amor que tengo por el club, que me tiene vigente, siempre con ganas. Me siento muy bien, y todas las mañanas cuando me levanto lo hago con mucha ilusión por ir al club, para estar con los chicos, y tratar de transmitirle a los más jóvenes lo que aprendí durante toda mi carrera", concluyó el mítico arquero.
Fuente: Sitio Oficial AFA

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