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A los 34 años, Jonás Gutiérrez encontró la fuente de la juventud para brillar y llegar a Independiente. Estoy en el mejor momento de mi carrera, avisa el Galgo.


Los minutos pasan y la manzana que lleva en su mano izquierda se oxida. La charla se hace larga en el túnel que conduce a los vestuarios del Libertadores de América. Sentado sobre un escalón, Jonás Gutiérrez acepta el viaje hacia el ayer. E indefectiblemente hace escala en ese partido que marcó un antes y un después en su vida. En 2013, logró vencer al rival más difícil: a un temido y silencioso monstruo que ataca sin piedad ni previo aviso. El cáncer que le detectaron mientras jugaba en el Newcastle no pudo con él. “Hoy estoy en Independiente y soy de pensar que las cosas se dan por algo”, cuenta el volante que encontró refugio en Defensa y Justicia cuando decidió volver al fútbol argentino. Y sus palabras transmiten serenidad. Nada parece inquietar ni perturbar al hombre que le vio la cara al abismo y no sólo salió ileso: renació fortalecido, con inmunidad para hacerles frente a los pequeños problemas que presenta la vida, esos que en realidad son nimiedades, como los del fútbol y todo lo que lo rodea.

-Después de todo lo que te tocó pasar, ¿qué pensás cuando te hablan de presión por un partido?
-Me relajé un poco más, pero si pierdo me sigo calentando. Lo que he aprendido es que existen imponderables que a veces uno no puede manejar, entonces eso me permite no hacerme tanta mala sangre. Antes, cuando estaba en Inglaterra y los resultados no se daban, me hacía más responsable de lo que en realidad era. Y eso me generaba mucha frustración. Hoy, si le marco algo a alguien y no tiene en cuenta el consejo, me voy a dormir tranquilo porque sé que hice todo lo que estuvo a mi alcance.

-¿Antes te cargabas la culpa?
-Claro. Siempre trato de ayudar a los más chicos, quiero que se den cuenta de la posibilidad que tienen. No siempre lo hacen. Muchos, cuando pasa el tiempo, se arrepienten de no haberse exigido. No entregan todo y cuando se dan cuenta ya es tarde. En la vida no hay que dejar pasar las oportunidades, nunca se sabe qué puede pasar mañana.

-¿Sos consciente de que tu historia puede darles fuerzas a muchos pacientes que están en la situación que te tocó atravesar a vos?
-Me encanta ayudar si a alguien le sirve que le cuente mi experiencia de vida. Algunos me piden videos para familiares que están atravesando un momento duro y los hago con mucho gusto. Pero cuando dicen que soy un ejemplo trato de tomar distancia de esa palabra. Es un término demasiado fuerte y amplio. El único consejo que puedo dar es que nunca hay que sentirse derrotado.

-¿Hoy disfrutás más del fútbol?
-Sí, pero eso va más allá de lo que me tocó superar. Amo mi profesión, disfruto de cada día y me quiero superar. No me quiero quedar con lo que tengo y me estoy preparando para crecer. Esa es la base para alcanzar el éxito. La vida me enseñó a jamás darme por vencido, nunca hay que relajarse. Sé que se puede crecer hasta el último día.

-¿Por eso te seguís calentando en la cancha cuando las cosas no salen?
-Sí, aunque igualmente intento controlar mis impulsos. Por suerte no soy de tener reacciones feas, a lo sumo te meto un grito. Cuando algo no me sale, pienso que en la próxima me va a salir. Lo fundamental es no perder la cordura, no frustrarse. Y eso tiene que aplicarse a todos los órdenes de la vida.

-¿Con qué te vas a conformar en este semestre?
-Quiero ser importante en Independiente. No concibo el fútbol de otra manera. Pelearé para sentirme importante en la cancha. Creo que estoy atravesando el mejor momento de mi carrera.

-¿Por qué?
-Hoy analizo el fútbol de otra forma. Los años me han enseñado a entender más el juego y, al ubicarme por adentro en el medio, cumplo una función que requiere mayores conocimientos de táctica. Además, físicamente estoy impecable. Siento que puedo darle mucho al equipo.

-¿Qué podés aportar desde la lectura de juego que te concede tu experiencia?
-En la cancha, los jugadores con trayectoria tendremos que dar la cara para quitarles presión y tensión a los más jóvenes. En los partidos siempre hay momentos en los que las cosas no fluyen como uno desea. Y es ahí cuando los más grandes deberemos hacernos responsables.

-En Independiente hay muchos jóvenes. ¿Llegás para ser un líder?

-El rol se decanta solo. Trato de hablar mucho con los pibes. Es importante que vayan agarrando los consejos que uno les puede dar en base a las experiencias vividas. Los pibes tienen que entender que ellos van a ser importantes en la medida en que se lo propongan. Tienen que estar enfocados y saber dónde están parados.

-¿Los pibes se te acercan a pedirte consejos o ni les interesa?

-Sí, me preguntan cosas de mi paso por Europa. Les sugiero que no se estanquen, que no se conformen con lo que hicieron. No les pongo ninguna barrera, lo único que no tolero es que entrenen sin ganas. Si veo que alguien no está metido, se lo digo. Soy muy cercano a los chicos. Me vuelven loco y me apodan “el viejo”, jaja.

-¿Qué diferencia hay entre los juveniles de ahora y los de tu generación?
-Que los de ahora tienen más conciencia sobre lo importante que es respetar el descanso, la alimentación, los estiramientos. Antes no se le prestaba tanta atención a esos detalles que te alargan la carrera.

-¿Cómo es tener a un capitán de 24 años como Tagliafico?
-Para ser conductor de grupo no se precisa tener determinada edad. Nico tiene muchísima personalidad y a nivel grupal su voz es muy respetada. Lleva muy bien ese rol porque marca el camino en base a su responsabilidad y profesionalismo.

-Con Domínguez, el Torito Rodríguez y Domingo vas a tener mucha competencia para ganarte un lugar...
-En todos los clubes en los que jugué tuve mucha competencia. Pero siempre estoy preparado para aprovechar mi momento. Independiente tendrá por delante el torneo, la Sudamericana, la Copa Argentina y estoy preparado para ser importante cuando el técnico me dé la chance de entrar.

-¿Qué sería una buena temporada para Independiente?
-El equipo viene de un semestre en el que jugó muy bien al fútbol. Y acá los objetivos se marcan solos: este club exige títulos.

-¿Qué viste del Rojo de Holan en el semestre anterior?
-Es un equipo que recupera y sabe aprovechar las salidas rápidas a los espacios a través de los jugadores eléctricos que tiene de mitad de cancha hacia adelante. A la gente le gustó cómo jugó Independiente.

-¿Te sedujo más venir a un equipo con esa propuesta?
-Sí, a Ariel (Holan) lo conocí en Defensa y sabía cuál es su propuesta. Por supuesto que es un incentivo integrarse a un equipo que apuesta al buen juego. El técnico tenía muchas ganas de que yo esté acá y su presencia influyó muchísimo.

-¿La idea será mechar posesión con ataque al espacio?
-Sí, hay que tener variantes porque sino los rivales te toman el tiempo y se te hace difícil. Lo más complejo del fútbol es entrar cuando se te meten atrás. Hay que hacer énfasis en crear estrategias para romper y encontrar espacios, porque los contrarios ya están empezando a conocer a Independiente.

-¿La propuesta del Rojo tiene similitudes con el fútbol inglés?
-Sí, Independiente tiene un estilo europeo. Juega un fútbol muy dinámico, de pase, rotación y recepciones perfiladas para tratar de ser verticales. Quizá los terrenos de juego de acá no permiten jugar con la misma fluidez que en Europa.

-¿La diferencia entre el fútbol argentino y el europeo es abismal?
-No. Quizás el tema de los terrenos le da otra velocidad al juego. Pero acá hay cada vez más equipos que tratan de crear jugadas a partir de la tenencia, que presionan arriba y procuran no abusar de los pelotazos.

-¿Qué fútbol es más difícil?
-Cada uno tiene lo suyo. En Inglaterra el juego tiene más continuidad. Y si no sos preciso no podés jugar. Eso le da dinamismo y una belleza que no hay en ningún lado. En España no. El juego se para muchísimo, se cobra en demasía, se sancionan faltas por cualquier cosa.

Favio Verona
Diario Olé, lunes 7 de agosto de 2017

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