Publicar un comentario

El Doc. dijo... 27 de enero de 2014, 8:37 p.m.

Se Extraña tu magia maestro, cada partido era una ilusión de fútbol mágico, exquisito, pases milimétricos, una pausa, una apilada, una definición sutil, era ver como la orquesta funcionaba a tu alrededor, dirigida al compás de una música suave y encantadora. Hasta nuestros rivales se paraban para aplaudir. Cuanto nos has regalado querido Bocha.

susyalma dijo... 29 de enero de 2014, 1:24 p.m.

Le dejé mensajes en Twitter y puse mi camiseta firmada, en honor al Grande.