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Pese a la lluvia y a la nube tóxica, el plantel de Independiente entrenó en Villa Domínico y luego compartió un asado. 



Ni la fortísima lluvia que cae desde la madrugada sobre el área metropolitana, ni la nube tóxica que paralizó a la ciudad desde esta mañana afectó al entrenamiento de Independiente, que se llevó a cabo en Villa Domínico, a puertas cerradas.

Respecto al equipo que enfrentará a Colón, Gallego deberá ver quién entra por el suspendido Julián Velázquez y esperar a ver si Cristian Tula evoluciona o no de la contractura que lo obligó a salir ante San Lorenzo. Tras la práctica, el plantel permanece en el predio, donde comparte un asado de camaradería.

Mañana, el Rojo volverá a entrenarse en Villa Domínico, a puertas cerradas nuevamente y sin atención a la prensa.

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