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Con muchos errores en defensa y ante un equipo que supo golpear en los momentos justos, Independiente empato 2 a 2 ante Universidad Católica, con goles de Tula y Villafáñez. El jueves tendrá una dura revancha en Santiago.



El Diablo tuvo en el Cruzado un rival de cuidado que lejos de salir a esperar el partido lo fue a buscar desde el inicio, encontrandose con un gol temprano que abrió el partido. Desconcierto y falta de precisión en la marca, con los centrales desordenados y un Tuzzio con extrema lentitud, las llegadas de Tomás Costa y Fernando Cordero eran imparables para el fondo.

Sobre el final de la etapa llegó la igualdad de Tula, con la colaboración de una floja respuesta del arquero chileno y la marca. El partido se abría y el Rojo empujaba para ganarlo desde el comienzo de la segunda parte. Con Vargas dominando el mediocampo, Battión generando juego y Benítez preocupando con velocidad, Independiente era más.

Y el 2-1 que daba vuelta el marcador e ilusionaba a todos llegó a través de una buena jugada colectiva rematada por Villafáñez con la colaboración involuntaria de un defensor Cruzado, que la desvió y descolocó al arquero.

Todo hacía pensar que las cosas quedarían de esa manera, o que incluso el Rojo tendría chances de aumentar, pero de pronto un centro atrás, una aparición casi fantasmal de otro muy buen delantero como Castillo y nuevamente todo pareció desmoronarse, con la preocupación final de la salida por un golpe de Vargas.

La revacha va a ser dura, pero quizás este fue el punto de atención para que el Rojo se ocupe definitivamente del torneo local y piense que la Copa fue un lindo sueño mientras duró.

Emiliano Penelas

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