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Mi hermana Raquel me había conseguido, cuando trabajaba en Afeitadoras Remington, la foto dedicada por Maldonado. Después de salir campeón fue a la empresa -más importante que Phillips por esos años- y se afeitó la barbita con mucha publicidad en los diarios. En esos años, claro. Mi hermana le pidió una foto para mi. La tuve por mucho tiempo, tal vez todavía esté en algún libro o lugar de la biblioteca.

Un fenómeno, Maldonado. Una prestancia, una elegancia, una calidad fenomenal. Y unos huevos íncreíbles, no a la Giunta, no a lo Pipo Rossi. Fuerte, elegante. Un símbolo de elegancia y calidad. El medio era suyo, cuando arrancaba se llevaba el equipo al hombro.

Con él Navarro, Silveira, D´Ascenzo... una maravilla. Y después los otros uruguayos que vinieron. Fue el primer equipo que en el medio de la cancha saludó con los brazos en alto. Jorge Maldonado fue el ícono. Todos los equipos, después, lo imitaron.

Carlos Penelas
www.carlospenelas.com

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