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Sin red, el Rojo parece estar en un derrumbe que no parece tener todavía piso que lo frene. Cinco derrotas al hilo, un sólo gol en lo que va del año por los puntos, y sin director técnico, el futuro es el presente, y preocupa.

A Independiente, que venía cayendo, parece que tampoco le funciona el paracaídas. La semana pasada pensábamos que al menos hasta el próximo domingo, con Boca, íbamos a hablar de Ramón Díaz. Los tres desafíos que se le presentaban al Pelado eran un mojón para determinar su futuro, pero todos confiábamos en que al menos iba a sacar un buen resultado ante Argentinos, de local...

Pero no, la racha no es mala, sino pésima. Ni siquiera Hilario puso las manos contra el Bicho, y el riojano se tuvo que ir sin más explicaciones que lo que se veía en la cancha. Cristian Díaz tomó la posta interinamente y no llegaron a extenderse los rumores que decían que si le iba bien en los dos juegos que le tocaban quizás seguía. Creemos que la derrota de anoche expande la situación de crisis a un nivel grave, y el panorama parece conducir a Gallego, el que pidió la hinchada, el que se reunió con el Presidente.

El Tolo, que todavía tiene mucho dinero por cobrar de Independiente, pareciera ser el único que tiene espaldas para aguantar este momento. Sin embargo, recordemos sus inicios anteriores, también en crisis, repletos de goleadas y traspiés. Es decir: la solución tampoco parece mágica ni estar en las manos de un hombre. Acá hay un plantel que no reacciona, que no es conciente del momento actual y que no sólo pierde sino que no deja nada en claro para ilusionarse con una remontada.

Es necesario un volantazo drástico, la joven dirigencia tiene muchos frentes a los que responder, pero sabemos que las crisis comienzan en el fútbol, y ahora deberán elegir el entrenador que tome las riendas de un equipo sin rumbo y garantice cierta tranquilidad de la línea de cal hacia afuera. En el medio, se viene Boca.

Emiliano Penelas

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walterweimer@msn.com dijo... 9 de marzo de 2012, 1:47 a.m.

A Gallego le va bien cuando le traen jugadores y con jugadores dirige cualquiera. Quizás tendríamos que hacer como se hizo con Mohamed y olvidarnos del paladar negro y pensar en un equipo que se arremangue. Ir para adelante como corresponde a la historia y bla, bla, bla nos está mandando al horno. No tenemos con que y no queremos asumirlo. Y viendo la capacidad económica del club para cuando tengamos con que vamos a estar jugando el clásico con JJ Urquiza.