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La primera sensación que deja el 1-1 en la Bombonera es la conformidad por la actuación y la bronca por el resultado. Los de Falcioni fueron más hasta el gol de Palermo (al Rojo lo emboca de cualquier forma), que llegó por el mal cierre de Matheu, quien pierde en el pique y luego habilita de forma insólita.

Por supuesto que ahí se temió lo peor, ya que este equipo venía de dos juegos, frente a los vecinos y el Albo, en los que sintió muchísimo recibir goles. Esta vez, no perdió el orden y fue a conseguir el empate. Patricio Rodríguez fue la bandera, bien acompañado por Fredes y un Silvera que rindió más cuando fue de mediapunta. Pato fue imparable por la izquierda y si el condicionado Pitana (Boca lloró toda la semana de que sólo habían ganado un partido de ocho cuando lo dirigió) se animaba, Clemente no debió haber terminado el primer tiempo. Pero mientras JC sacaba a Palermo y Riquelme, un gran alivio, el Turco apostó a Villafáñez por Vélez para buscar con todo. Se llegó al 1-1 y la cosa pintaba para seguir yendo por la victoria, pero vaya a saber por qué, el cambio de Battión por Silvera fue un mensaje claro de que no se quiso animar a más. Una lástima, porque era el momento de seguir de la misma manera ante un rival que sólo apostaba a los pelotazos a Mouche y a Viatri. Claro, que si bien hace cuatro juegos que en La Boca no se pierde (tres pardas), este punto se valoraría de otra forma si los tres puntos contra All Boys se hubiesen quedado en casa. Ya está y hay que pensar en lo que viene, que no es sencillo. La situación con los promedios sigue complicada, ya que en la maldita tablita nos pasaron River y Arsenal. Ojo, con actuaciones como las de anoche y con un poco más de juego, se le puede ganar a cualquiera. Pasa que los márgenes se achican por haber perdido tantos puntos como contra Vélez, Quilmes, Banfield y los de Floresta, cuando el score nos favorecía. Ahora a recuperar la tropa que se viene una semana movidita afuera de la cancha. Primero, la protesta de Battión y luego el tema policial de Busse. Acá hay que tener mucho cuidado y a Walter hay que dejarlo tranquilo por un tiempo, no exponerlo y cuando todo se tranquilice que vuelva a ser uno más del plantel. No será fácil, pero es joven, tiene condiciones y ama al Rojo. Se equivocó, está claro, pero tampoco es para extraditarlo. Hay que juntarse y seguir metiéndole, muchachos.

Beto Tisinovich
Diario Olé

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