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¡Triunfazo! No sólo por el resultado y por la tabla de los promedios. Lo mejor es cómo se logró. Soberbia actuación ante un rival que complicó y complicará a varios y por el golazo consagratorio de Patricio Rodríguez. El Pato fue lo mejor de la noche ya antes de esa apilada maravillosa que nos dio la tranquilidad del 2-0, que minutos antes Silvera y Vélez habían fallado de forma increíble. Además, se bancó todos los golpes muy arteros de los jugadores locales. Igual, cortado y todo, hizo ese tanto que se le venía negando. Así el Rojo fue a Bahía Blanca y se plantó como lo que es: un grande, señores. Tomó el partido como una verdadera final y salió airoso. Y lo hizo jugando al fútbol, como lo marca la historia que estuvo a punto de mancharse si al menos quedaba un segundo en Promoción. La actuación del conjunto fue buena en todos los aspectos. Primero controló los embates del rival y después se hizo dueño de la situación manejando la pelota y sacando ventajas cada vez que Pato entró en juego. Parra apareció otra vez para hacer un gol importante, como en la Sudamericana. Atrás casi no hubo problemas. Hilario sólo se equivocó en el descuento de Furch. Matheu tuvo un cierre bárbaro ante Maggiolo que estaba para marcar el 1-1. Tuzzio y Julián Velázquez cortaron y salieron jugando. Maxi se proyectó con criterio. En el medio, el tándem Pellerano-Fredes se complementó bien. Los cambios fueron para darle aire a la zona de volantes y asegurar una victoria para la tranquilidad de todos. Muchachos, a recuperarse rápido que faltan 15 puntos y no se puede regalar nada. Vamos...

Beto Tisinovich
Diario Olé

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