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Si Independiente quiere olvidar pronto el mal paso por la Copa Libertadores, y la eliminación en primera ronda, alejarse definitivamente de los problemas del promedio y pensar en grande, el sábado tiene tres puntos al alcance.



Más allá de la victoria consoladora obtenida anoche en Montevideo, en un escenario difícil y confirmando la paternidad en el clásico rioplatense con Peñarol, lo de Independiente en la Copa Libertadores está muy cerca de ser frustrante.

Eliminado en primera ronda técnicamente cuando todavía quedaba un partido por jugar, y habiendo dejado puntos importantísimos de local, con dos goles en contra, lo del equipo de Mohamed está lejos de ser elogiable en cuanto a resultados.

Por eso es necesario hacer borrón y cuenta nueva, aprovechar el impulso del último encuentro por el torneo local, con una gran demostración de fútbol ante Godoy Cruz, y encarar el clásico de Avellaneda con la ilusión, tal como dijo el técnico, de prenderse en la pelea seria por el Clausura.

Obteniendo una victoria ante racing no sólo conseguirá mantenerse a la expectativa, sino que ya sin otra responsabilidad estará escapándole definitivamente al problema del descenso y el promedio, y tomará un envión anímico importante para afrontar la segunda mitad del campeonato.

Mohamed y el plantel lo saben, y el clásico es un partido aparte que el Rojo sabe cómo ganar.

Emiliano Penelas

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