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Mohamed tiene cuatro desgarrados (ayer se confirmó la baja de Cabrera) y otros tres lesionados en un plantel que sigue sin hablar. La doble competencia lastima...


Tener cuatro desgarrados en un plantel corto como el de Independiente, que atiende dos torneos, es un problema grave. El sufrido por Nicolás Cabrera ante Banfield (se confirmó ayer que tiene rotura fibrilar en el isquiotibial derecho) fue consecutivo al de Jairo Castillo ante Quilmes y el de Defederico contra Godoy Cruz. Julián Velázquez aún no jugó desde que se le afectó el isquiotibial derecho. Y hay más: Gracián está contracturado en el aductor izquierdo, Hilario Navarro sufre un traumatismo en la cabeza del peroné derecho e Ignacio Barcia se recupera de un esguince en el tobillo derecho. Nada es casual...

El cuerpo técnico culpa a la continuidad de partidos y a los viajes largos (hubo dos a Quito). Resultó enorme el alivio de Mohamed y compañía cuando se aseguró el viaje en avión a Mendoza cuando, por una falla en las comunicaciones, Aeroparque salió de funcionamiento. “Hubiese sido tremendo 12 horas arriba del micro”, explicaron. “Tenemos cuidado con las cargas, pero hubo situaciones que nos complicaron. A un jugador le veníamos diciendo en un partido que se cuidara porque físicamente se excedía. No paró y se lesionó”. Ayer mismo, el ayudante de campo de Mohamed, Gustavo Lema, dirigió una serie de ejercicios de presión, definición y retroceso en espacios reducidos y cada tanto los paraba.

¿Qué pasó con Gracián? Estuvo sin dormir una noche por el velorio de De Vicente (ex futbolista fallecido hace nueve días) y luego pasó una tarde con dolores estomacales. Al día siguiente se lesionó. Otro dato: Maxi Velázquez y Battión son considerados ejemplos de profesionalismo por su contracción al trabajo. Pero aun así se lesionaron: el lateral sufrió una distensión en un aductor; y el volante, una tendinitis. Defederico, según el doctor Chiaradía, podría necesitar cuatro semanas para volver (no cumplió una) y Jairo ya realiza trabajos de campo.

Los tres cambios ante Banfield fueron obligados: a Cabrera y Navarro se sumó Fredes, que al sentir un calambre pidió salir por precaución. Por eso Patito Rodríguez, golpeado en los tobillos, siguió pese a que reclamó sustitución.

El plantel, herido en su orgullo, sigue en silenzio stampa. Y, por las lesiones, en silencio de hospital.

Juan Pablo Mendez
Diario Olé

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