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Los jugadores de Goiás buscan desesperadamente encontrarse con esa camiseta Roja repleta de éxitos. Muchos de los brasileños, con su camiseta verdao en mano, intentan un trueque. Pero es en vano: Eduardo Tuzzio, Facundo Parra, Julián Velázquez y Carlos Matheu son los que encabezan un no rotundo. Todos los jugadores de Mohamed, cabezas gachas, caminan rumbo al túnel con sus camisetas bien puestas. La sienten. Se los nota golpeados por la derrota, es cierto. Pero ellos, como el entrenador, pretenden revertir el 0-2 para meterse de lleno en la historia grande del Club. Hay ilusiones, de unos y otros. En la intimidad se contagian entre ellos mismos.

Ese gesto de Hilario Navarro antes de irse de la cancha sirve perfectamente para reflejar el pensamiento de este grupo acostumbrado a las difíciles: “Allá, nos vemos allá”. Su dedo índice derecho sonó a “amenaza”. Parra también mira a una de las cabeceras desafiante. Y el capitán Carlos Matheu sentencia: “Mejor si creen que estamos muertos. Se van a llegar una gran sorpresa si nos subestiman” .

Mohamed fue el primero en perderse en el vestuario. Habano en mano, fue arengando uno por uno a “sus” jugadores. El “vamos a levantarnos de esta como de tantas otras” retumbó sumamente convincente. Sin “extraños”, cuando el vestuario visitante se completó (Parra se demoró en el control dóping), les dio una altísima dosis de ánimo: “Vamos a ser campeones, eh... Confío plenamente en ustedes. Ya está, este partido ya pasó. Hay que dejarlo atrás. Ahora vamos a encarar la revancha con más ganas, con más hambre de gloria” . Varios actores principales de esa reunión ayer a la tarde le contaron a Clarín que las palabras del Turco tocaron fibras íntimas.

Un puñado de minutos después de la primera arenga (cuentan que siguió en el chárter y que de allí hasta el miércoles lo hará sin parar), multiplicó la apuesta puertas afuera: “Vamos a salir campeones, no tengo ninguna duda”, dijo y repitió ante los micrófonos. Y se lo notó muy seguro. Roberto Battión fue otro que le dio continuidad a esa línea: “La serie está abierta. En casa ya dimos muchas muestras de temple, de grandeza” .

Salvo con Argentinos y con Deportes Tolima (contra el campeón argentino ganó el equipo de Garnero y ante los colombianos la ida en Ibagué fue 2 a 2), en las otras dos llaves debió revertir la historia: contra Defensor Sporting fue perdiendo por dos goles (1 a 0 en Montevideo y en Avellaneda los uruguayos marcaron rápidamente) y frente a la Liga terminó dando vuelta un 0-3.

Para Hernán Fredes “este es un examen más que deberemos superar. Si lo hicimos dos veces en esta Copa Sudamericana, podemos hacerlo nuevamente” . Está claro: fe es lo que sobra en Avellaneda.

Fernando Gourovich
Diario Clarín, 3 de diciembre de 2010

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