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A una semana del clásico Independiente volvió a perder feo. Ganaba gracias a Silvera, pero el Tomba lo dio vuelta. Galeano se fue expulsado.

Lindo día, sol, cielo prístino y calorcito en las tribunas. Incluso, para hacerlo más agradable, cuando el local apretaba en los primeros minutos, la mejor jugada colectiva en el semestre terminó en un muy bonito gol de Andrés Silvera. El Rojo comenzaba ganando de visitante y esa era la noticia del día. Sin embargo, duró poco la primavera para un equipo que se sigue cayendo a pedazos.

Poco tuvo que esperar el Tomba para dar vuelta la historia y ponerla de acuerdo al potencial de ambos equipos. Jairo Castillo estaba muy movedizo y la clavó en el ángulo. El colombiano no lo gritó por respeto a su paso por el Rojo.

Ese golazo pareció derrumbar la poca energía y actitud que mostraban el Patito Rodríguez, Tuzzio y Silvera, que llegó a los cien goles y parece ser uno de los pocos que tiene el amor propio como para pelear aún vencido, aunque solo es difícil que pueda hacer algo.

Las dificultades del Rojo se vieron en todas las líneas, pero se hicieron evidentes entre los centrales. Salinas clavó el segundo entrando por el medio, luego de un centro atrás desde la derecha. Carlos Sánchez avanzó casi 40 metros, armó una pared con Castillo y remató solo desde la media luna. Y Curbelo, ya en el segundo tiempo, cabeceó un corner sin mayores dificultades, en el corazón del área chica. Entre tanta impotencia, llegó la expulsión de Leonel Galeano.

Los minutos que siguieron sólo sirvieron para evidenciar que había un equipo herido con ganas de volver al triunfo como local, y otro sin rumbo que deberá jugársela frente a su público en el clásico.

Emiliano Penelas

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