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Descansado luego de no actuar en el último partido, Gonzalo Higuaín volvió a ser el máximo artillero del Mundial. Y mientras al Pipita los goles le "caen del cielo", Messi no los encuentra ni regalados.

Maradona paró un equipo "alternativo" ante Grecia, tercer encuentro del Grupo B con poco en juego, para permitirles descansar a los que venían jugando, de cara a la etapa de eliminación directa.

Uno de los que se perdió ese partido fue Gonzalo Higuaín, hasta ahí máximo anotador del torneo, con los tres goles gritados ante Corea del Sur. Aprovechando su impasse, el ghanés Asamoah Gyan, el alemán Thomas Müeller, el uruguayo Luis Suárez, el español David Villa, el eslovaco Robert Vittek y el estadounidense Landon Donovan (único fuera de camino hasta ahora), lo empardaron en la tabla de los rompe redes.

Sin embargo, ayer el Pipita volvió a ser titular y no desaprovechó la chance de avisar que ahí está el goleador del Real Madrid, siempre atento. El mexicano Osorio quiso salir tocando hacia el medio y se la entregó al argentino, quien entrando al área se la pisó al Conejo Pérez, que se deshacía en el piso mientras Higuaín lo superaba y tocaba hacia la red, haciendo inútil el cruce de un zaguero.

"Me cayó un regalo del cielo y lo supe aprovechar. Un delantero vive del gol, y si es para ayudar a que la Selección gane mucho mejor", dijo el delantero, quien destacó que "hay que seguir en esta línea, ganando. En un Mundial es importante ganar y ahora no hay más opción". Tercer partido para él, cuarto gol. Que se repita.

Messi lo tiene cerrado
Se invierte la historia para el Pichichi de la Liga española, Lionel Messi. Mientras el jugador del Barcelona anotó 34 goles en el torneo ibérico, Higuaín corría tras sus pasos y terminó segundo en la tabla, con 27 gritos. Precisamente entre Merengues y Culés se ha librado una batalla en los foros de Internet de la Madre Patria...

Porque mientras al jugador Blanco se llena de goles mundialistas, Lio sigue teniendo cerradas las porterías. Lo buscó en todos los partidos (a veces de manera egoísta, justo es decirlo) mientras los arqueros, palos, travesaños y la mala fortuna hacen que la pelotita no quiera entrar.

Él asegura no desesperarse, pero incluso hoy, cuando el partido ya parecía definido con el 3 a 0, pareció que todo el equipo jugaba para él, intentando romper el maleficio. "Ojalá llegue contra Alemania", dijo el rosarino.

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