Mazazo en Avellaneda para los hinchas de Independiente, que coparon el Libertadores de América con la ilusión de ganarle a Boca y llegar a la cancha de Argentinos con el Clausura todavía a tiro. Independiente salió a presionar la salida del Xeneize, atacó mucho por la banda izquierda gracias a un despliegue enorme de Mareque y el ida y vuelta de Mancuello, pero acusaba debilidades por la banda derecha, donde Galeano no se siente cómodo y Piatti, salvo algunos escasos arranques, no fue alternativa.
Sin embargo, Nacho fue el responsable de abrir el marcador a los 30', cuando el partido transcurría en una medianía intrascendente y Mareque rompió la calma con una gran jugada que derivó en el pase preciso hacia Piatti. Le duró poco la alegría al Rojo, porque Boca llegó al empate dos minutos más tarde y a los 39' Palermo se encontraba en el área chica con un mal rechazo de la defensa y una floja salida de Gabbarini, para poner el 2-1 de nuca...
Gallego, que hasta último momento mantuvo la duda entre Gandín y Patricio Rodríguez, terminó trocando al Chipi por el Patito, y luego derrochando otro cambio más en Vallés por Galeano, tratando ganar la banda derecha del campo. Inútiles esfuerzos los del técnico por darle bríos a un equipo que sintió el pinchazo anímico y nunca pudo remontarlo.
Párrafo aparte merece el trabajo del entrenador, que equivocó la formación y volvió a pifiarle a los cambios, y al que quizás se le achaque el escaso ímpetu con que salió a buscar el partido, desde el inicio, o con el marcador adverso.
El tiempo que restaba el Xeneize comenzó a jugarlo con los nervios del local, y Riquelme dispuso de todas las libertades para manejar la pelota a sus anchas en el mediocampo. Mouche clavó un golazo, desató una locura provocando a la platea de Independiente, se fue expulsado, y en tiempo de descuento Núñez puso el descuento, que a esa altura de poco servía.
Emiliano Penelas
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