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Justifica su categoría internacional con una imagen sólida ante duras exigencias.

A mayor categorización, mayor grado de exigencia y de responsabilidad a poner en juego. Esta vieja premisa profesional, que en determinados estamentos puede llegar a ser de cumplimiento si se quiere dudoso, se cumple a rajatabla con Néstor Pittana dentro de nuestro mundo arbitral. Desde su nominación como árbitro internacional a partir del primer día de enero último, completándose así el cuadro de diez tras la baja del cuestionadísimo Alejandro Sabino, crecieron enormemente los requerimientos para el misionero, quien de este modo es probado a fondo para confirmarse que la AFA no se equivocó con su jerarquización, más allá del costado gremial que tuvo el hecho de cubrir la salida de alguien que pertenecía al mismo gremio, para el caso, el SADRA. El caso es que Pittana, a quién el transcurso del último Apertura le sirvió de rampa de lanzamiento con labores sólidas para llegar a esa internacionalidad que se mencionaba por entonces -recordemos que en el concepto global de nuestra sección fue el segundo mejor árbitro del torneo, detrás de un “indudable” como Héctor Baldassi y ligeramente por encima de Diego Abal- está respondiendo con creces a una exigencia dura en estas épocas de necesidad de sumar más y mejores elementos al arbitraje argentino, dentro del contexto de transición y cambios que esta en marcha desde la gobernabilidad técnica de Miguel Angel Scime en la Dirección de Formación Arbitral.

Pittana, junto con Rafael Furchi, son los dos únicos árbitros de un total de dieciséis que jugaron en las seis fechas del presente certamen. El desgaste es obvio, pero en el caso del natural de Corpus, se potencia por el hecho de haber sido designado en dos clásicos, Gimnasia-Estudiantes (segunda fecha) y el reciente Independiente-racing (sexta), a los que se complementa un importante “semiclásico” como San Lorenzo-Vélez, de la cuarta jornada. Su rendimiento ha sido hasta aquí dispar en dichos cotejos, pero en general, demuestra un nivel tan idóneo como creciente, para permanecer acorde a lo pedido. De Pittana no puede decirse que no esté a la altura de las circunstancias ante partido de alto riesgo arbitral. Lo está y lo demuestra, aun completando los primeros renglones de una carrera que en su caso pinta para ser observada.

Diario Popular, martes 2 de marzo de 2010.

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