Esto es todo, amigos

En un pobre partido, Independiente igualó con Lanús 0 a 0 en el cierre del torneo Apertura. Aunque el Grana fue más, no supo cómo definirlo. El Rojo cerró un buen campeonato y ya piensa en el 2010.

Es una lástima que justo este haya sido el último partido del año de Independiente. La noche en el Sur por momentos nos hizo acordar a cómo empezó esta historia, también en La Fortaleza, como locales, con derrota ante Newell's, que hoy pelea por el título. Sin embargo, hubo un recorrido en las 17 fechas que pasaron entre la primera y la última que nos hacen ver el vaso de otra manera.

Si bien el Rojo renunció a atacar casi por completo, la sensación de los minutos finales con un Patito Rodríguez generando conflictos entre los defensores granates, más la idea de que el punto debe servir como corolario a una buena campaña, nos hace pensar en otro tipo de comentario para el encuentro final del Apertura.

Lanús, que mereció un poco más de premio que el 0-0 final, tampoco supo cómo resolverlo un poco por su propia impericia y otro poco por la buena tarea (sobre todo en el segundo tiempo) de Matheu y Galeano, y la colaboración en el medio de Acevedo.

Esta vez las cosas no salieron, aunque tampoco el planteo dejaba margen al optimismo. Gallego sabrá por qué intentó jugar con Vella de volante: se tiraba demasiado atrás y por momentos entorpecía la tarea de Tuzzio. Piatti y Busse, que habían comenzado el partido para llevarse el mundo por delante, se fueron apagando en una nebulosa en la que entró Gandín, empecinado en hacer la personal, y hasta Silvera, que a poco el final se perdió una jugada imposible en el área chica.

En el segundo tiempo la diferencia se sintió más. Quizás el cansancio, el trajín de los últimos partidos, o no jugar por algo trascendente (Lanús ya clasificado para la Libertadores, el Rojo sin demasiado que ganar) hicieron que el partido se achate aún más, aunque fue el Rojo quien se recluyó atrás. Sin embargo, el local tampoco supo aprovecharlo.

Los cambios tardaron más de lo necesario, pero tampoco aportaron nada nuevo. Martín Gómez entró en la sintonía del resto del equipo y Leonel Núñez debe ser a esta altura una cábala del Tolo, otra explicación no encontramos a su insistencia. El único que abrió el juego, puso la pelota al piso, intentó una gambeta y complicó fue Patricio Rodríguez, que en 9 minutos hizo lo que nadie en 81. Lástima que no haya jugado más.

En la hora de los balances, Independiente redondeó un buen Apertura, terminó entre los de arriba, y tiene con qué ilusionarse para el Clausura 2010. Felices vacaciones, muchachos, a cargar las pilas.

Emiliano Penelas