Viagrazo

¡El Rojo metió dos al hilo luego de un año y dos meses! Con goles de Gandín, de penal, y Piatti derrotó por primera vez a Godoy Cruz de Mendoza y aunque sigue sin jugar bien, se ilusiona. Martín Gómez, en su debut, fue la figura del partido.

Independiente consiguió esta noche varias cosas que se le habían hecho insólitamente esquivas. Desde mayo de 2008 que el Rojo no ganaba dos encuentros consecutivos, es decir ¡14 meses! Además, nunca le había ganado a Godoy Cruz en un historial que ahora marca tres victorias mendocinas, un empate y un triunfo para el Diablo de Avellaneda. De yapa, aunque sea en el último partido jugado allí, nos sacamos un poco la mufa de no ganar en la cancha de Lanús.

Sin embargo no todas fueron rosas en la noche sureña, o al menos si lo fueron tenían demasiadas espinas. El primer tiempo dejó bastante que desear, se sabe que Godoy Cruz es un equipo ordenado y que su técnico, Diego Cocca, prioriza el juego colectivo y el buen trato de pelota.

El equipo de Gallego no podía contra el juego desplegado por los mendocinos, que tuvieron las mejores chances de la noche y hasta hicieron sufrir más de una vez ante escapadas de sus laterales y la presión ejercida en el mediocampo. Matheu, casi a la media hora de juego, tuvo la primera chance clara de Independiente, con un tiro que pasó cerca del arco. Demasiado poco para un Rojo que debía ir a buscar más arriba.

Luego, gracias a un disparo de Higuaín magistralmente desviado y un mano a mano resuelto con prestancia, Hilario Navarro era la cara más importante del Rojo y poco a poco se transformaba en el valuarte del cero en su arco.

Todo empezó a cambiar, sorpresivamente, a partir del ingreso de Martín Gómez. El ex Independiente Rivadavia fue quien le cambió la cara al equipo y terminó siendo, indiscutiblemente, la figura del Rojo. Hasta se ganó el cantito de “Pelado, Pelado” por parte de los hinchas.

Es que Gómez puso lo que hacía rato no se veía en Independiente: ganas, coraje, fervor y entusiasmo para pelearlas todas, correr, meter y jugar. A partir de un desborde suyo y un centro al corazón del área chica le cometen un dudoso penal a Gandín, que derivaría en el primer gol. Y luego de una guapeada sobre el mismo sector derecho del ataque, otro centro y una serie de rebotes pudo definirse el encuentro gracias a Piatti.

A esa altura de la noche, todos queríamos festejar y así fue, con la victoria asegurada. Si bien el equipo -tomando como parámetro el primer tiempo- sigue sin convencer, la imagen mejorada del segundo período y el buen ánimo que siempre generan las victorias permitirán al plantel y cuerpo técnico trabajar con mayor libertad.

Emiliano Penelas