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Una bandera que nunca existió fue posteada en internet por un hincha de River, aludiendo a las que el domingo colgó la barra en el Monumental. Olé la dio por veraz, y la publicó ¡en tapa! El poder de la web y el desliz editorial de un diario, en discusión.
Arriba, la bandera que era. Abajo, la que se publicó trucada.

Un hincha de River trucó una bandera de las tantas que la hinchada Millonaria colgó en el Monumental y le cambió una palabra, curiosamente porque ninguna apuntaba a la dirigencia del club. El escándalo cuando se descubrió que la bandera nunca había existido y que la foto había sido editada digitalmente fue demasiado tarde: ya se había publicado por Olé en la tapa de su edición en papel de ayer, y por supuesto en la digital, y reproducidas por cientos de medios por doquier.

El lunes un estudiante irlandés reveló que una frase atribuida a Maurice Jarre, fallecido hace poco más de un mes, la había subido él a Wikipedia el día de la muerte del músico para ver hasta dónde los medios de comunicación "levantan" sin cuestionar lo que dice la enciclopedia online. Por supuesto que todas las necrológicas aparecidas hacían referencia a la frase póstuma.

La noticia revelando las falsas declaraciones por parte del joven irlandés fue divulgada precisamente por Clarín, dueño del diario Olé, quien ayer cometió el mismo error con la publicación de la famosa -por inexistente- bandera riverplatense.

Hay dos cuestiones ineludibles que parecen plantearse con estos problemas. La primera de ellas, es la confianza a ultranza que existe a partir de internet. Lo que antes era "lo dijo la tele, debe ser cierto" ahora se ha traspasado a la web. ¿Quién va a consultar un diccionario o citar una fuente confiable -como en otros tiempos hubiera sido una enciclopedia- si ahora Google lo responde más fácil, más rápido, más a mano?

La otra cuestión ya tiene que ver con la filosofía misma de un reclamo que en la cancha de River no se ha visto, como tampoco se ve a menudo en otros estadios: la culpa, las responsabilidades, parecen ser de los jugadores. No decimos que no, porque en definitiva juegan, pero ¿toda la responsabilidad es sólo de los que se ponen la camiseta? ¿Qué pasa cuando la dirigencia vacía de contenido una institución, cuando se malgastan sus fondos, se derrocha el dinero en futbolistas desconocidos, se entra en el mercadeo y la corrupción?

Llama la atención que entre las siete banderas que la barra de River colgó ninguna se acordara de la dirigencia, y hubiera tantas reprochando a jugadores y cuerpos técnicos. Lo dijimos también cuando hace quince días, ante Tigre, aparecieron en el Ducó banderas reprochando a Montenegro y el plantel por los siete años de sequía del Rojo...

Volviendo al escandaloso documento fotográfico que no fue tal, el diario Olé señalaba, antes de reconocer el error y pedir disculpas, que "la bandera que faltaba estaba y dejó de estar en la tribuna es irrefutable”. Luego de conocido el hecho, la dirigencia Millonaria lanzó un comunicado que decía que “el gravísimo error cometido" por el matutino "daña severamente la imagen del Club”. ¿Sólo eso la daña?

Emiliano Penelas

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