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Independiente visitará la Bombonera con el lastre de una docena años sin irse triunfador. Es hora de ir a jugar con el peso de la historia, que pide ganar. El Rojo debe volverse con tres puntos de la cancha de Boca.

Panchito Guerrero grita el gol de Independiente.
Molina a su lado, Acuña y Arzeno se abrazan detrás.

Casi una docena de años pasaron desde el 3 de noviembre de 1996, cuando el Rojo de Menotti enfrentaba al Boca de Bilardo en la Bombonera. Triste resulta repasar los cotejos de los últimos tiempos contra el Xeneize. Algo que no sucedía desde el inicio del profesionalismo terminó por caernos como agua de balde: los bosteros nos han superado en el historial, se han vueltos prácticamente imbatibles en su estadio, han logrado victorias contundentes en Avellaneda y se nos han acercado en títulos sudamericanos y superado en internacionales.

Evidentemente la brecha en el fútbol argentino cada vez se amplía más entre "súper grandes" y simplemente "grandes", por cantidad de gente e historia. Duele decirlo pero así es. Gracias al poder de la televisión, del mercado que produce ventas millonarias y la retroalimentación del marketing y el consumo deportivo, tanto River como Boca se encuentran en ese escalón que con el tiempo se ha hecho más alto para quienes los siguen.

Así las cosas, parecería que ir a jugar a la Ribera sería sólo perder el tiempo, darles los puntos sería más fácil. Pero, lo que queremos es que los jugadores apelen al amor propio, a la hidalguía, a mirarse en un espejo en el vestuario antes de salir y ver que en su pecho llevan la misma camiseta Roja que vistieron los mejores jugadores de nuestro país, la que más copas levantó, la que más títulos acarició y la que hace que se llenen las gargantas de miles de hinchas cada fin de semana.

Si se piensa en todo eso, pero además se juega al fútbol y se le pierde el miedo escénico al escenario, entonces Independiente recuperará parte de la mística, de su historia, y se llevará nuevamente tres puntos de la Bombonera.

Emiliano Penelas

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Anónimo dijo... 5 de marzo de 2008, 12:27 p.m.

Me acuerdo del partido de 1996. En la Boca el local dirigido por Bilardo y nosotros bajo la tutela de Menotti. Fue el fútbol abierto y vistoso del Flaco, contra el anti-fútbol de Carlos Salvador. Desde hace años que Independiente no alcanza ese nivel, esa calidad de juego.
Esperemos que contra Boca jueguen, esta vez, como el equipo grande que son, y que jugadores como Montenegro, Machín o Herrón encuentren la suficiente inspiración como para salir a ganar el partido.
De todos modos va a ser más que difícil. Esa es la situación actual de Independiente.

Nido de caranchos dijo... 5 de marzo de 2008, 1:35 p.m.

Es triste que así sea, pero es cierto. A Independiente también le pasa lo mismo en el Monumental, y hace tiempo que ni siquiera gana un clásico, creo que dos años... y no es la primera vez en estos últimos tiempos que se da una racha tan larga.