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Ya no saben más que hacer... mientras Sava dice en los medios que el objetivo de racing es "no descender", los hinchas de la academia hicieron una (nueva) misa en una "iglesia racinguista" ¡Al menos ya saben adónde van a ir a llorar! ¿Yo? Soy del Diablo.


Como aquel 14 de febrero de 1998, cuando Daniel Lalín encabezaba el "exorcismo" que se hizo en el inodoro, un nuevo febrero vuelve a juntar a curas con racinguistas pidiendole al cielo piedad para su equipo.

Hace diez años había sido una marcha desde la catedral de Avellaneda hasta el cilindro, donde actuaron Vox Dei y Alfredo Casero. Ayer, una misa en Barracas, en la iglesia que el propio cura, hincha académico, dijo que era una iglesia racinguista, que pintaron con los colores blanquicelestes, por supuesto.

Ayer, el cura, confeso y sufrido hincha racinguista, pidió por el club y Micó, entrenador que llevará adelante la empresa (de no descender) dijo unas palabras desde el púlpito. Ah, y a alguien se le ocurrió comparar al técnico con un enviado de dios en la tierra. Ojo, que después cuando pierden dos partidos le tiran de todo... ¿o se olvidan que grandes ídolos como Simeone, Costitas y otros se fueron como lauchas? Eso para no hablar de la estatua de Mostaza, que de ponerla en el medio del inodoro pasaron a querer hacerla encima de él.

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