El 25 de junio de 1972, Ricardo Bochini debutaba con 18 años en la Primera del Rojo enfrentando a River. "En Independiente hice toda mi carrera, es mi segundo hogar", dijo el ídolo.
A 45 años de su debut en la Primera de Independiente, el equipo en el que jugó y dedicó toda su carrera, el recuerdo del Bocha sigue vigente en los hinchas del Rojo, y en los amantes del buen fútbol que lo disfrutaron y también los que lo sufrieron.
"El sábado a la mañana, el día previo al partido, pasé por al vestuario donde entrenaba la Primera y vi que mi nombre estaba en el pizarrón de los citados contra River. La verdad que no lo podía creer. Siempre pensé que podía llegar a debutar pero todavía era muy joven", dijo Bochini. Ese día, el Bocha reemplazaría a Saggioratto y el Rojo perdió 1 a 0 en el Monumental.
"En Independiente hice toda mi carrera, es mi segundo hogar. Nací en Zárate pero pasé todo el resto de mi vida en Avellaneda", agregó el máximo ídolo de la historia Roja al sitio oficial de AFA.
"La gente de Independiente me aprecia porque jugué en el Club y gané muchos títulos. Pero los hinchas de los equipos rivales, a los cuales yo les hice goles, también me demuestran cariño por la calle y eso es muy lindo. Creo que eso se debe a dos motivos: primero porque yo jugué al fútbol que le gusta a todos los hinchas argentinos, que es el de potrero; y segundo porque nunca cargué a nadie, siempre festejé con mis compañeros e hinchas pero nunca le falté el respeto a nadie", afirmó Bochini.
El Bocha jugó 638 partidos con Independiente, donde ganó trece títulos (Nacional 1977 y 1978, Metropolitano 1983, Primera División 1988/1989, Libertadores 1973, 1974, 1975 y 1984, Intercontinental 1973 y 1984 e Interamericana 1973, 1974 y 1976).
Además, fue campeón del mundo con la Selección argentina en México 86, y sus únicos minutos en esa competición fueron también un 25 de junio, en la semifinal ante Bélgica en el estadio Azteca.
"Para mí salir campeón mundial fue el máximo logro que conseguí. Fue una gran alegría porque yo había ganado campeonatos locales e internacionales con Independiente, pero con la Selección me faltaba ganar algo; más después de quedarme tan cerca de jugar el Mundial de 1978 que fue, tal vez, el mejor momento en toda mi carrera. Por suerte, después se me dio la posibilidad de jugar en México y conseguir el título", concluyó.
A 45 años de su debut en la Primera de Independiente, el equipo en el que jugó y dedicó toda su carrera, el recuerdo del Bocha sigue vigente en los hinchas del Rojo, y en los amantes del buen fútbol que lo disfrutaron y también los que lo sufrieron.
"El sábado a la mañana, el día previo al partido, pasé por al vestuario donde entrenaba la Primera y vi que mi nombre estaba en el pizarrón de los citados contra River. La verdad que no lo podía creer. Siempre pensé que podía llegar a debutar pero todavía era muy joven", dijo Bochini. Ese día, el Bocha reemplazaría a Saggioratto y el Rojo perdió 1 a 0 en el Monumental.
"En Independiente hice toda mi carrera, es mi segundo hogar. Nací en Zárate pero pasé todo el resto de mi vida en Avellaneda", agregó el máximo ídolo de la historia Roja al sitio oficial de AFA.
"La gente de Independiente me aprecia porque jugué en el Club y gané muchos títulos. Pero los hinchas de los equipos rivales, a los cuales yo les hice goles, también me demuestran cariño por la calle y eso es muy lindo. Creo que eso se debe a dos motivos: primero porque yo jugué al fútbol que le gusta a todos los hinchas argentinos, que es el de potrero; y segundo porque nunca cargué a nadie, siempre festejé con mis compañeros e hinchas pero nunca le falté el respeto a nadie", afirmó Bochini.
El Bocha jugó 638 partidos con Independiente, donde ganó trece títulos (Nacional 1977 y 1978, Metropolitano 1983, Primera División 1988/1989, Libertadores 1973, 1974, 1975 y 1984, Intercontinental 1973 y 1984 e Interamericana 1973, 1974 y 1976).
Además, fue campeón del mundo con la Selección argentina en México 86, y sus únicos minutos en esa competición fueron también un 25 de junio, en la semifinal ante Bélgica en el estadio Azteca.
"Para mí salir campeón mundial fue el máximo logro que conseguí. Fue una gran alegría porque yo había ganado campeonatos locales e internacionales con Independiente, pero con la Selección me faltaba ganar algo; más después de quedarme tan cerca de jugar el Mundial de 1978 que fue, tal vez, el mejor momento en toda mi carrera. Por suerte, después se me dio la posibilidad de jugar en México y conseguir el título", concluyó.
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