A Garnero le cabe la responsabilidad de haber aceptado dirigir a este Independiente. Pero da la cara. Por ahora el hincha lo resguarda, por su pasado rojo, porque culpa más a la dirigencia y porque sus players están en deuda. Heredó líderes que se acostumbraron a que fuera un tal Gallego, de currículum, boca y espaldas grandes, el que asumía el liderazgo. Garnero, al lado del Tolo, está en pañales. Y de los referentes necesita la ayuda en la cancha y también afuera, evitando que sea siempre el DT (o en su defecto, pibes o futbolistas de enorme predisposición pero menor trayectoria) el que busque calmar la ansiedad del hincha. Claro que para algunos de ellos es mejor quedarse más de una hora y media en un vestuario, especulando (al límite de la burla) con que la prensa se canse de esperar, y así evitarla...
Facundo De Palma
Diario Olé, viernes 17 de septiembre de 2010
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