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Sigue la polémica por los barras que ya están en Sudáfrica y viajaron en el mismo avión de la Selección, y los que todavía no llegaron. Maradona, Grondona y la AFA se desentendieron del tema. Los muchachos dijeron tener un arreglo con el DT y Bilardo.

Maradona dio ayer su primera conferencia de prensa desde que el equipo nacional está en Sudáfrica y por supuesto que no pudo evitar el tema que por estos días genera polémica de ambos lados del océano, y es sobre el viaje de más de veinte barras bravas en el mismo avión que la Selección.

"No está mi viejo, imaginate si voy a traer a otro. No tengo ninguna relación con ningún personaje. Voy a explicar esta historia: el programa principal era ir el 26 a Dubai y de ahí venir acá. Eso era como programa principal. Se cae esto, salimos a buscar tickets por todos lados. Y en realidad los que nos metimos en el avión de los hinchas fuimos nosotros, que no teníamos pasajes. Si son barras o hinchas no me enteré porque nosotros hicimos un entrada vip como hace siempre la Selección. En el vuelo no tuvimos roces con ninguno, con nadie, yo me quedé dormido mirando la película que por cierto no la daban en castellano sino en inglés. Me quedé dormido y cuando me desperté estábamos a mitad de camino, y me tomé la pastillita. Y me despertó Mancu. No tengo relacion con nadie y si ese personaje dije que yo lo traje, te juro que no tengo nada que ver con nadie. Y si quiere fama, decile que vaya a laburar".

La información que llega a través de los medios que están en Pretoria junto al seleccionado indica que los barras estuvieron en la concetración, donde supuestamente se les habrían extraviado o intercambiado equipajes con los jugadores, y que el lunes estuvieron hablando con el jefe de seguridad de la AFA.

"Diego Armando Maradona no lo va a dejar entrar aunque llueva a cántaros, que se compre un paraguas. Cuando te nombran así, es como en el 86. Neustadt, al que Dios lo tenga y no le deje bajar, decía que le habíamos pagado a los barras, y nunca se les pagó nada. En 2010 se dice y no los conozco, no está mi vieja, está por llegar Dalma, Gianinna, Vero, Claudia. Que yo sepa, otro pasaje no salió de mi bolsillo", acotó Pelusa.

Y también habló sobre el presidente de la AFA: "A mí Grondona no me dijo absolutamente nada. Ni que viajaban hinchas y mucho menos que barrabravas viajaban con nosotros. Ese tema no se tocó en absoluto. Te puedo asegurar que no lo tocamos. Nunca, nunca, jamás. Nadie sabía con quiénes viajábamos".

"Nuestro arreglo es directo con Bilardo y Maradona"
Ramón Ortiz, uno de los barras de Boca que viajaron en el avión de la Selección, reconoció el vínculo con el cuerpo técnico y avisó que son 43 los violentos de la "hinchada oficial". Ayer llegaron los 20 que faltaban.

El viernes, dos horas antes de la partida del vuelo que sellaría con impunidad el vínculo entre los barras y la Selección, Ramón Ortiz se presentó junto a 21 violentos en el mostrador de South African Airways. Despachó el único bolso que llevaba y vio que le habían asignado el asiento 72, fila G. Estaba contento: iría sentado detrás del Gusano Ariel Pugliese, empleado del Indec desde la intervención de Guillermo Moreno, informal custodio de Messi mandado por la AFA y hombre con manejo en varias barras: Chicago, San Lorenzo y San Martín de Tucumán. Al toque sonrió de nuevo: su amigo Daniel Salto, alias Cinco, mano derecha de Marcelo Aravena, capo del grupo Lomas de Zamora de La Doce, se sentaría detrás suyo. A su lado irían Eduardo Luis Cóceres, alias Loby, y Lana, dos personajes clave en La Doce del Abuelo que siguieron junto a Di Zeo hasta que éste cayó en prisión. No la iban a pasar nada mal en el viaje, pensó.

Tras los trámites de preembarque, se relajó. Y quizá por eso se fue de boca.

Mientras los medios estaban apostados cerca de la pista de Ezeiza esperando al plantel, los profesores de Taller de Radio II de Eter mandaron a sus alumnos a hacer de movileros para un programa interno de la escuela. Un par de ellos debían hablar con quienes viajaban en el mismo vuelo del equipo. Y entre los diversos testimonios, uno fue el de Ramón Ortiz. Y fue impactante. Porque el barra de La Doce dijo textualmente: "Yo viajo como parte de un grupo de 43 y somos la hinchada oficial de la Selección. Es mentira que estamos bancados por el Gobierno. Y tampoco por la AFA. Nosotros tenemos el arreglo directo con Maradona y Bilardo. Fuimos a ver todos los partidos de esta Selección, inclusive el último en Cutral Co, donde pasó lo de Palermo, que se accidentó (una esquirla de un petardo lanzado por la barra le lastimó la pera, pero para Ortiz "se accidentó"). Esto estaba programado hace un mes, el viaje, todo y nuestras cosas las arreglamos con ellos", tiró en el audio al que accedió Olé.

La confesión de Ortiz contradice las declaraciones del manager de la Selección, quien ayer le dijo al enviado de Olé, Sergio Maffei, que "Diego y yo no tenemos relación con la barra. Ni sabíamos que venían. Averigüen quién les vendió los boletos. Nosotros no fuimos".

Siguiendo la lógica de Bilardo, no parece tan sencillo conocer quién financió el viaje. Olé averiguó que los tickets fueron emitidos por el mayorista de turismo Eurovip’s y que un agente free lance hizo los contactos. Los pasajes, cuya fecha de regreso es 18/7, fueron pagados en efectivo, operación que se realiza cuando no se quiere dejar rastro sobre el origen de los fondos, que no pasaron por entidad bancaria ni crediticia alguna.

Otro hecho que pone de manifiesto Ortiz es que ellos fueron a todos los partidos desde que Maradona asumió como DT y el Narigón como manager. Cierto: en el proceso de Basile no había barra oficial, que se gestó a partir del debut del Diez ante Venezuela por la Eliminatoria. Ese día, Aravena organizó la entrada de 400 barras. Un dato sugestivo que no debería pasar por alto el juez Martínez de Giorgi, que lleva una causa sobre quién banca a la barra oficial, que usa ropa de la Selección, tiene un dirigente del Ascenso haciendo de nexo en AFA y toca bombos del sindicato Utedyc, filial Buenos Aires, que lidera el kirchnerista Héctor Garnier.

Gustavo Grabia
Diario Olé, 1 de junio de 2010

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