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El 15 de abril de 1989, 96 hinchas del Liverpool perdían la vida y más de mil resultaban heridas en el estadio de Hillsborough, donde se enfrentaban los Rojos contra el Nottingham Forest. La tragedia cambió la seguridad en los estadios de fútbol... europeos, claro.

Una camiseta del Liverpool colgada hoy en Anfield

Hace veinte años una tragedia de gran magnitud golpearía al fútbol inglés y significaría un cambio drástico en las políticas del gobierno inglés en la forma de ver el fútbol.

El 15 de abril de 1989, en el estadio Hillsborough, del Sheffield Wednesday, 96 aficionados del Liverpool murieron cuando acudieron a presenciar un partido de las semifinales de la FA Cup contra el Nottingham Forest.

Miles de hinchas llegaron sobre la hora, y otros tantos pasaron colados, lo que provocó una avalancha humana que empujó a los espectadores que ya estaban en las gradas contra las vallas. A pesar de los incidentes el partido comenzó, hasta que uno de los que consiguió saltar las trampas mortales en las que se convirtieron las rejas abordó al capitán de los "Red", Alan Hansen, para advertirle de la situación. El jugador del Liverpool avisó al árbitro, que inmediatamente suspendió el partido, cuando se habían disputado seis minutos.

Las cifras de las tragedia lo dicen todo, 94 aficionados muertos (un seguidor moriría cuatro días más tarde y otro que entró en coma murió en 1993) y 1076 heridos. Tras esta tarde mortal cambió la historia del fútbol, ya que se empezaron a modernizar los estadios (europeos, claro está) y a desaparecer las vallas que separaban a los espectadores del terreno de juego.

Imágenes de la tragedia

El primo del actual capitán del Liverpool, Steve Gerrard, falleció en aquel encuentro, con sólo diez años, uno más que el volante, que señaló: "La memoria de Hillsborough es muy importante para el Liverpool, y nunca olvidaremos a los 96 individualmente".

La editorial del diario español Marca señala hoy: "Tuvieron que morir casi un centenar de hinchas para que en el fútbol inglés se tomaran medidas pensando en la seguridad del aficionado. No hay que olvidar que sólo cuatro años antes se habían sucedido las tragedias de Heysel —39 muertos en la final de la Copa de Europa entre Juventus y Liverpool— y Bradford —85 fallecidos por el incendio de una vetusta tribuna de madera—."

Y agrega: "A principios de los años '90, y a raíz de estos trágicos acontecimientos, las autoridades políticas y deportivas se concienciaron de la importancia de la seguridad en los estadios. Y al mismo tiempo sirvieron para frenar el fenómeno de los hooligans ingleses que, en estado de embriaguez, utilizaban la disputa de los partidos de fútbol para realizar actos de vandalismo." Acá, por supuesto, seguiremos esperando.

Gerrard y Carragher

El homenaje, en Anfield
Esta tarde, las 15.06 hora local, la hora exacta a la que el árbitro decidió parar aquel partido, las personas presentes en las gradas prácticamente llenas del estadio del Liverpool, guardaron dos minutos de silencio, y luego varios sacerdotes leyeron uno a uno los nombres de los 96 muertos, tras lo cual todo el público cantó el himno no oficial del club, "You'll never walk alone" (Nunca caminarás solo).

En el exterior del estadio, donde se construyó un monumento a las víctimas, se acumularon cientos de ramos de flores, bufandas y camisetas deportivas en recuerdo de los desaparecidos, al igual que ocurrió en el exterior y en el césped del estadio de Anfield.

Además del plantel completo del actual equipo (que ayer fue eliminado de la Champions League), estuvo Kenny Dalglish, jugador del Liverpool y entrenador del equipo el día de la tragedia, quien fue uno de los oradores de la ceremonia.

Las asociaciones de familiares reclaman desde hace años responsabilidades penales por una tragedia cuya investigación se cerró sin una sola sanción para los responsables de velar por la seguridad de un partido considerado de máximo riesgo.

La actuación de la policía fue criticada por testigos y sobrevivientes, que aseguran que los agentes tardaron demasiado en abrir las vallas del fondo contra el que se aplastaban cientos de aficionados por pensar que se trataba de una pelea entre hooligans y que impidieron la entrada de las ambulancias.

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