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Por segundo partido consecutivo, Independiente goleó 3 a 0 a su rival. Con los gritos de Matías Abaldo, Gabriel Ávalos y Felipe Loyola, el Rojo fue muy superior a Atlético Tucumán, con momentos de buen fútbol y el lucimiento de algunos juveniles. Sobre la hora, Ávalos desperdició un penal.


Con un sabor ambiguo, Independiente logró su segunda goleada consecutiva. Tras haberle ganado en Avellaneda a Platense por la fecha pendiente, esta noche también se despachó con un 3 a 0 ante Atlético Tucumán. El grito de desahogo de los hinchas del Rojo se mezclaba con la bronca y la desazón de no haber logrado más triunfos y goles cuando aún existían las chances de pelear por algo. 


Matías Abaldo, que tuvo un buen partido ante el Decano, abrió la cuenta a los 25' del primer tiempo, y fue Gabriel Ávalos quien 5 minutos más tarde aumentó la cuenta para irse al descanso en ventaja. 


Al comienzo del segundo tiempo la visita tuvo un gol anulado por off side, y Rodrigo Rey volvió a lucirse en un par de pelotas, como en la primera parte. Ante un rival que venía con un técnico interino tras la salida de Pusineri, el equipo de Quinteros mostró algunas cosas interesantes cuando se asocia banda Montiel y Abaldo, la levantada de Loyola y la pareja con Fernández Cedrés en el medio, y las ganas de pelear unos metros más arriba. 

También en la suma de los positivos esta el debut del juvenil Pérez Curci, que aportó una ráfaga de aire fresco. Quedaron en el debe los laterales, y un flojo momento de Ávalos, qué pese al gol, desperdicio nuevamente un penal en el último minuto. 

Qué pasará en las dos fechas que faltan es ya una cuestión matemática en la que poco se puede hacer más que ganar y esperar otros resultados. El balance sigue siendo malo, pero podría aparecer un milagro que nos haga ilusionar. 

Emiliano Penelas 







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